Por qué la gestión inmobiliaria es un gran negocio

¿Te gusta trabajar con la gente? ¿Eres social por naturaleza, pero también eres un tipo disciplinado y firme? ¿Eres detallista y organizado? Si te gusta la variedad en tu día y hacer varias tareas diferentes, la carrera de administrador de fincas puede ser perfecta para ti. Un administrador de fincas cubre un nicho específico y tiene muchas tareas que realizar. Sin embargo, gracias a las muchas habilidades diferentes que se requieren, este trabajo es adecuado sólo para unos pocos elegidos.

Para las personas a las que les gusta tener los días ocupados, ser administrador de fincas tiene varias ventajas:

Índice de Contenido
  1. 1. Los administradores de fincas no tienen el riesgo financiero que tiene el propietario.
  2. 2. Los administradores de fincas se relacionan con una gran variedad de personas y utilizan múltiples habilidades.
  3. 3. Los administradores de fincas nunca saben lo que les deparará el día.

1. Los administradores de fincas no tienen el riesgo financiero que tiene el propietario.

Aunque ganas dinero trabajando para el propietario, no tienes muchos de los mismos riesgos que éste. No tienes que preocuparte por el descenso del valor de la propiedad en lo que respecta a tus préstamos pendientes, y no tienes que preocuparte por los cambios en los tipos de interés.

Sin embargo, el trabajo de un administrador de fincas es ganar dinero para el propietario, por lo que necesitas tener un claro conocimiento de los gastos de mantenimiento de la propiedad, lo que te ayudará a decidir cuánto cobrar de alquiler, así como qué descuentos o incentivos puedes ofrecer para mantener a los inquilinos de calidad durante más tiempo. También te ayudará a entender cuánto dinero puede destinarse a las mejoras de la propiedad.

2. Los administradores de fincas se relacionan con una gran variedad de personas y utilizan múltiples habilidades.

Un administrador de fincas trata con muchas personas diferentes en un mes normal, como contratistas, inquilinos y propietarios. Además, los administradores de fincas realizan muchas y variadas tareas. Se encargan de comercializar y publicitar las propiedades, de determinar si un posible inquilino encajaría bien en la propiedad, y de determinar qué mejoras y mantenimiento rutinario hay que hacer en la propiedad. Además, suelen tener que llevar una contabilidad básica y gestión del dinero.

Una parte desagradable del trabajo de un administrador de fincas es desalojar a los inquilinos por no cumplir el contrato de alquiler o por falta de pago.

3. Los administradores de fincas nunca saben lo que les deparará el día.

Como los administradores de fincas tienen tantas tareas diferentes, nunca saben lo que les deparará el día. Por supuesto, habrá acontecimientos esperados, como mostrar la propiedad a los inquilinos o cobrar los cheques de alquiler, pero también puede haber acontecimientos inesperados, como una fuga de agua u otros sucesos que haya que gestionar.

La desventaja de esto es que el horario de un administrador de fincas no es el tradicional de 9 a 5. Algunos días pueden ser más cortos, pero a menudo las jornadas pueden ser de más de 8 horas al día.

Los administradores de fincas son vitales para los propietarios. Se espera de ellos que conozcan el mercado inmobiliario local y que se encarguen de muchos de los asuntos cotidianos de la propiedad, liberando al propietario para que pueda centrarse en otras tareas.

A medida que vayas ganando reputación como buen administrador de fincas, tu negocio puede crecer, y rápidamente. Si te gusta enfrentarte a lo inesperado en el trabajo, así como interactuar con una gran variedad de personas en diversas situaciones, la administración de fincas puede ser el trabajo perfecto para ti.

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