Cuentas corrientes y de ahorro: Cómo hacer que funcionen juntas

La sabiduría financiera predominante afirma que primero debes pagarte a ti mismo. La realidad dicta que también tienes que pagar a otros, como a tu casero o a tu prestamista hipotecario, al prestamista que tiene el pagaré de tu coche, a tu proveedor de servicios de telefonía móvil, etc. Entonces, ¿debes mantener tu dinero en una cuenta de ahorros o en una cuenta corriente? En la mayoría de los casos, mantener ambos tipos de cuentas es lo más sensato desde el punto de vista financiero.

Índice de Contenido
  1. Finalidad de una cuenta corriente
  2. Finalidad de una cuenta de ahorro
  3. Escenarios de cuenta corriente o de ahorro
  4. Múltiples cuentas, múltiples bancos
  5. El resultado final

Finalidad de una cuenta corriente

Una cuenta corriente te proporciona un acceso rápido a tus fondos para cubrir las transacciones financieras cotidianas. Lo normal es que pagues tus facturas con una cuenta corriente y no con una cuenta de ahorro, porque la normativa federal limita las retiradas de fondos de las cuentas de ahorro a seis al mes (aunque a menudo hay formas de saltarse ese límite). Por tanto, necesitas tener una cuenta corriente, o una tarjeta de débito que funcione como una cuenta corriente, para manejar tus finanzas personales de forma eficiente.

Finalidad de una cuenta de ahorro

Las cuentas de ahorro sirven como almacenes de fondos de reserva, al tiempo que permanecen líquidas para permitir un acceso rápido siempre que necesites dinero. Si estás planeando una boda o tienes una larga lista de regalos para las fiestas, probablemente pondrías el dinero en una cuenta de ahorro en lugar de en una cuenta corriente. También es probable que acumules tus fondos para "días de lluvia" o de emergencia en una cuenta de ahorro, en lugar de en una cuenta corriente, para que puedan estar fácilmente disponibles sin que cuenten como parte de tus fondos disponibles en el día a día.

Escenarios de cuenta corriente o de ahorro

En general, si tus ingresos son estables y tus deudas son bajas o inexistentes, puedes permitirte tener menos dinero en una cuenta corriente y más en los ahorros. Esto se debe a que tu cuenta corriente recibirá periódicamente aportaciones de dinero en efectivo de tus cheques de pago. Si es posible, tu cuenta de ahorros debería incluir fondos suficientes para cubrir al menos seis meses de gastos, mientras que tu cuenta corriente podría tener sólo una fracción de lo que necesitas para cubrir tus gastos diarios habituales durante el mismo periodo de tiempo.

Si tienes unos ingresos estables pero te estás abriendo camino para salir de las deudas, debes concentrarte en pagar las obligaciones, como las tarjetas de crédito de alto interés. Al mismo tiempo, no debes sacrificar tus objetivos de ahorro ni mantener un acceso fácil al efectivo. En este caso, podrías mantener en tu cuenta corriente lo suficiente para cubrir entre el 10 y el 15 por ciento de tus gastos diarios, y en los ahorros el dinero suficiente para los gastos de uno o dos meses.

Autónomos y los empresarios deben mantener más dinero en cuentas corrientes para minimizar el riesgo de cheques sin fondos. Como los ingresos del trabajo por cuenta propia suelen ser imprevisibles, la única forma de garantizar que tus gastos están cubiertos es mantener suficiente dinero en una cuenta corriente para cubrir el 100% de esos gastos. Todo el dinero que puedas acumular por encima de ese umbral debe ir directamente a los ahorros.

Propietarios de viviendas también deberían mantener cuentas corrientes y de ahorro, pero también deberían tener un fondo de reserva mayor para cubrir el coste de cualquier reparación importante que surja. Dependiendo del valor de tu casa, un fondo para reparaciones domésticas de cinco cifras puede ser razonable. Este fondo debe mantenerse separado de tus cuentas corrientes y de ahorro habituales.

Múltiples cuentas, múltiples bancos

Mantener tus cuentas corrientes y de ahorro en el mismo banco tiene varias ventajas, la mayoría centradas en la comodidad. Si te quedas corto en tu cuenta corriente, basta con una simple llamada telefónica o una transacción online para reponer tu cuenta. Tu banco también puede ofrecer incentivos por mantener varias cuentas que pueden suponer importantes recompensas financieras.

Pero mantener una cuenta de ahorros separada en un banco diferente puede evitar que recurras a tu cuenta de ahorros con demasiada frecuencia. Si eliges un banco online, puedes conseguir tipos de interés más altos que los que puede ofrecer tu banco local.

Si acumulas suficientes ahorros, deberías considerar la posibilidad de transferir parte de esos fondos a un Certificado de Depósito de mayor rendimiento durante 60, 90 o 120 días, o más. El acceso a tus fondos estaría restringido, pero es probable que tus ganancias una vez que venza el CD superen con creces lo que podrías ganar en una cuenta de ahorro normal.

El resultado final

En los tiempos que corren, es difícil evitar la necesidad de tener una cuenta corriente y/o de ahorro. Aunque hay algunas otras opciones disponibles (como las tarjetas de débito prepagadas o las cuentas alternativas como PayPal), las formas de pago más aceptadas siguen siendo el dinero en efectivo, el cheque o las tarjetas de débito, todas ellas acompañadas de una cuenta bancaria. Sólo por esta razón, es prudente asegurarse de que tu dinero está asignado de forma segura y adecuada a una combinación de cuentas corrientes y de ahorro.

Si tienes preguntas sobre cómo deberías gestionar tus activos, siempre puedes ponerte en contacto con un asesor financiero para que te asesore.

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