5 conversaciones serias sobre el dinero que debes tener con tu familia
Cuando se trata de gastar dinero en cosas divertidas o pequeñas, las discusiones financieras con tu familia probablemente resulten fáciles. Sin embargo, si abordas uno de los temas más serios de la vida, la conversación puede no fluir tan fácilmente. Para tomar decisiones fiscalmente responsables que beneficien a toda la familia, es necesario tener de vez en cuando conversaciones más serias sobre el dinero.
He aquí cinco conversaciones financieras fundamentales que debes mantener con tu familia, con consejos para que los intercambios sean fructíferos y beneficiosos para todos.
1. La charla sobre los objetivos
Para vivir una vida satisfactoria, es esencial que tú y tu pareja compartáis lo que esperáis conseguir, tanto económicamente como en general. Muchos de los objetivos de la vida, como las vacaciones, la compra o renovación de una casa e incluso la elección de una ocupación, afectan a lo que hacéis (y no hacéis) con vuestro dinero. Saber, por ejemplo, que dentro de cinco años tu cónyuge quiere dejar su trabajo y abrir una tienda de antigüedades, dictará cuánto dinero ahorra, gasta e invierte ahora.
También es esencial que hables con tu pareja sobre la forma en que tus objetivos encajan. Para mantener una conversación fructífera sobre los objetivos, es conveniente establecer algunas reglas básicas. Pide a tu pareja que escuche tus objetivos y sugerencias para alcanzarlos sin hacer comentarios ni críticas. Una vez que hayas terminado, deja que tu cónyuge haga lo mismo mientras tú permaneces en silencio y escuchas. Después, hablad de los objetivos de ambos y de cómo podéis llegar a un compromiso si es necesario para alcanzarlos.
2. La conversación sobre el déficit presupuestario
Estaría bien que el dinero fluyera siempre libremente, pero rara vez es así. La mayoría de las familias experimentan altibajos en lo que respecta a las finanzas, y algunos de los altibajos pueden ser especialmente bajos. Cuando el tren financiero de tu familia está en peligro de descarrilar, debes afrontar el problema de frente y hablar cuanto antes para elaborar un plan de acción de emergencia.
Mantén la conversación en un ambiente relajado, cuando todos estén bien descansados. Hablar de tus problemas económicos cuando los nervios están a flor de piel es probable que conduzca a una discusión improductiva. En lugar de acusar y recurrir a los "si sólo", expón los hechos financieros sin juzgar y con los hechos. Haz hincapié en que tu objetivo es encontrar soluciones concretas que podáis poner en práctica rápidamente, como formas de reducir los gastos o de ganar más dinero.
3. Enseñar a los niños sobre finanzas
Una vez que los niños pueden conversar contigo, es el momento de empezar a hablar de finanzas. Teniendo en cuenta lo impresionables que pueden ser los niños, es mejor que aprendan sobre el manejo del dinero de ti y no de otra persona. Como la capacidad de atención de los jóvenes tiende a ser corta, haz que las lecciones rápidas sean únicas. Los adolescentes y los jóvenes pueden asimilar cada vez más información a medida que crecen.
Independientemente de la edad de tu hijo, haz que la experiencia sea agradable y educativa. Cada mes, organiza una noche de presupuesto en la que habléis de finanzas y luego disfrutéis de una comida favorita y una película. Durante las conversaciones con tu hijo, habla de temas como el establecimiento y el cumplimiento de un presupuesto, las alternativas de ingresos (dietas, regalos de la abuela, un trabajo cuando tu hijo tenga edad suficiente) y los ahorros. Enseña a los niños mayores sobre las cuentas corrientes, tarjetas de crédito y la construcción crédito y opciones de inversión.
Cuando llegue el momento, ten la "charla sobre la universidad" con tu hijo adolescente. Discute las distintas opciones educativas y sus costes, así como las formas de financiar la educación. Deja claro cuánto dinero vas a aportar a los estudios de tu hijo y comparte las ramificaciones de asumir una deuda de préstamo estudiantil.
4. Planes de jubilación
Hablar de tus planes de jubilación con tu cónyuge es mejor hacerlo con varios años de antelación. Prepararos ahora os permite tomar las mejores decisiones en cuanto a inversiones, movimientos profesionales y gastos actuales y a largo plazo. Si sabes, por ejemplo, que tú y tu cónyuge queréis jubilaros en los próximos 10 años, eso determinará los gastos actuales.
Para poder determinar mejor cuánto necesitaréis para la jubilación, discute con tu cónyuge cómo es la jubilación ideal para ambos. Hablad sobre dónde queréis vivir y qué tipo de estilo de vida os gustaría llevar. ¿Quieres viajar? Compra una jubilación casa a lo largo de la costa? Abordar estos objetivos ahora os permite planificar la transición desde el punto de vista financiero y garantiza que ambos tengáis la misma idea de una jubilación agradable.
5. Conversación sobre los últimos deseos
Posiblemente una de las conversaciones más difíciles e incómodas de mantener es aquella en la que se discute lo que ocurrirá en caso de tu muerte o la de tu pareja. Aunque no es una conversación agradable, recuérdate que sería mucho más desagradable que tus seres queridos sufrieran económicamente porque no tuvieras tus asuntos en orden, o no dieras a conocer tus deseos finales antes de tu fallecimiento.
Mantén la conversación en un entorno relajado y privado, como tu casa. Abordad las cuestiones relativas a si tenéis o no un seguro de vida suficiente para cubrir los gastos en caso de fallecimiento, quién cuidará de los niños si ambos fallecéis y qué se debe hacer si alguno de vosotros está vivo pero es físicamente incapaz de tomar decisiones por sí mismo. Si no tienes un testamento vital y regular o un fideicomiso, ahora es el momento de redactar uno. Además, aprovechad la oportunidad para dar a conocer vuestros últimos deseos. Por ejemplo, si tienes una posesión absoluta que quieres regalar a alguien especial, o si hay un tipo concreto de servicio funerario que te gustaría, da a conocer esos deseos ahora, antes de que sea demasiado tarde.
Aunque estas discusiones pueden parecer abrumadoras, abordarlas te tranquilizará para que puedas centrarte en crear una vida económicamente satisfactoria para ti y tu familia. También puede hacer que tu familia se sienta más unida, ya que estáis discutiendo estos grandes temas en equipo y recibiendo las aportaciones e ideas de todos. Por muy difícil que parezca considerar el tema, algunas conversaciones financieras no pueden evitarse. Por tanto, siempre es mejor ser transparente, abierto y honesto con tus seres queridos.
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